Colo-Colo y Universidad de Chile empataron a cero en una nueva edición del superclásico, donde primó la falta de ideas futbolísticas, un planteamiento defensivo de los “azules” y la poca capacidad ofensiva del “Cacique”. Lo lamentable fueron los incidentes y actos violentos en las gradas que una vez más se hacen presente en estos tipos de partidos
Como todo clásico o encuentro de gran interés se notó de un principio las ganas de ambos equipos frente a una nueva edición del choque entre Colo-Colo y la Universidad de Chile. Ya al minuto el “Cacique” tuvo un tiro libre a su favor, a los dos Cristóbal Campos le atajó un remate al capitán de los “albos” Esteban Pavez, que luego dio en el travesaño. Parecía que habría un pleito de alta intensidad. Pero se fue diluyendo, ya que en la “U” estaba el deseo de no repetir la mala actuación del año pasado donde se fueron goleados de Macul, y por lo mismo llevaron el desarrollo de las acciones a la neutralización y copar cualquier espacio posible.
Durante el primer tiempo el “Cacique” se las arregló y en tres nuevas ocasiones llegó a la portería de Cristóbal Campos, otra de Pavez y dos de Fabián Castillo, y donde el golero de la “U” respondió, aunque los “universitarios” apenas cruzaron la frontera y no lograron inquietar con una acción de peligro profunda a Brayan Cortés.
En el lapso de complemento el elenco “popular” quiso meter más presión a su adversario. En el arranque vino un desborde por la derecha de Marcos Bolados, el centro iba en dirección a Leonardo Gil que estaba en posición inmejorable, pero antes que gatillara Federico Mateos le quitó la pelota. Minutos después, a los 13; luego de la ejecución de un balón detenido Ramiro González tiró a puerta, y una vez más estuvo allí Campos para contener.
La “U” no varió su esquema. Más que salir con juego elaborado tendió al pelotazo profundo. Y Salvo un remate de Federico Mateos que Cortés controló en segunda instancia, muy poco riesgo hubo para los dirigidos de Gustavo Quinteros en lo que quedaba de la brega.
Las sustituciones de jugadores en cada equipo no variaron mucho el desarrollo de las acciones, con la excepción de Jordhy Thompson que empezó a inquietar gracias a su movilidad y habilidad. Yonathan Andía tuvo que aplicarse aún más para evitar que el juvenil de Colo-Colo se convirtiera en la figura del partido pese a los pocos minutos que tuvo en cancha, y que casi lo logra cuando a los 41’ enganchó con la zurda y luego remató con la derecha en la última acción de peligro que ofreció el partido, y donde de nuevo estuvo sólido el guardameta de la “U”, para convertirse en uno de los puntos altos en el Monumental.
Hubo diez minutos de adición, pero el panorama no varió. Los “azules” fueron a la cancha David Arellano a no perder, y lograron su objetivo. Colo-Colo entró a ganar el duelo y no lo consiguió. Mantuvo la paternidad e invicto que se extenderá a 23 años, pero perdió la ocasión de igualar a su más enconado rival en la tabla de ubicaciones y descontar terrero al líder Universidad Católica que empató a dos con la Unión Española. Y de paso generó más dudas porque tuvo cinco partidos en casa en línea y de quince puntos sólo logró ocho. Pero lo más preocupante fue que una vez más hubo hechos de violencia, con fuegos de artificio de la parcialidad “alba” a los seguidores de la “U” que pudo tener consecuencias lamentables, o una cortaplumas que fue arrojada a la cancha, cuando era atendido José Ignacio Castro por una severa lesión a su rodilla… Para la discusión quedará sobre el final del partido una jugada donde los del “Cacique” reclamaron mano de Andía y el VAR no revisó. Si debió cobrarse penal o no, es uno de los temas que dejó el superclásico para seguir hablando de él.
