OPINIÓN

Cambalache: Radiografía a la corrupción y el fraude

2 Minutos de lectura

Han pasado casi 90 años desde que Enrique Santos Discépolo escribió este tango y cada vez que se escucha provoca una angustia y extraña sensación de vivirlo en el siglo 21. La visión de este autor de escribir en el pasado la radiografía de una sociedad futura con un enorme desconsuelo y nerviosismo de normalizar “que hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso y estafador, Todo es igual, Nada es mejor”.

Sigamos con el tango, “pero que el siglo 20 es un despliegue de maldad insolente, ya que no hay quien lo niegue”. Quién puede negar el caso convenios, la trama de corrupción que estalló en Chile sobre el traspaso de dineros públicos a fundaciones privadas a lo largo del país, con una evidente debilidad institucional, en todos sus sistemas de control interno y de gestión.

“Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón”. Estamos cometiendo un delito se mencionó en el caso audio, donde señores funcionarios del servicio de impuestos internos y la comisión de mercados financieros recibían pagos para entregar información privilegiada y favores para beneficiar a señores empresarios. “Siglo veintiuno, cambalache problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil”.

“Dale nomás, dale que va”, cincuenta y cinco empresarios organizaron una red para evadir impuestos por unos 270 millones de dólares, el mayor fraude fiscal de Chile, que equivale a la construcción de 25 Cesfam, tres hospitales de alta complejidad o más de 15 liceos. “No es lo mismo el que labura noche y día como un buey con el que está fuera de la ley”.

“Que falta de respeto, qué atropello a la razón”. A estos tres casos de corrupción y fraude cometidos desde junio del año recién pasado, más la corrupción municipal, los sobresueldos en las corporaciones y teatros municipales, han desaparecido más de 450 millones de dólares. No es posible normalizar el Cambalache, es necesario combatir el fraude y la corrupción, flagelo que muta permanentemente. Si no hacemos algo pronto, para los siguientes años se espera que estas malas prácticas continúen sin control.

Que este tango argentino, que nació como un conformismo de igualdad entre ser honrado y trabajador o un oportunista y sin escrúpulos, no se convierta en el himno nacional de la corrupción, el cohecho y el fraude corporativo en nuestro país.

Guillermo Fuentes Contreras
Director Carrera Contador Auditor, U. Central
Noticias relacionadas
COLUMNAOPINIÓN

¿Cuándo comienzan las preguntas?

2 Minutos de lectura
Cynthia Riquelme. Académica de la Facultad de Educación, U.Central. Cada día que pasa, nuestra educación pierde niños, jóvenes, profesores y estudiantes de…
COLUMNAOPINIÓN

Donar sangre salva vidas. Tener la logística adecuada, también

2 Minutos de lectura
Por Pamela Schwerter, gerente general de Grupo Ahona Este 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, una…
COLUMNAOPINIÓN

Emprendimiento femenino: motor de equidad y desarrollo

2 Minutos de lectura
Nassib SegoviaVicedecano Facultad de Economía, U.Central Durante la primera semana de junio, ChileCompra realizó su Cuenta Pública Participativa, en la que se…

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *