Corte capitalina rechazó los recursos de nulidad interpuestos por las defensas de los sentenciados. Las penas cuestionadas las impuso el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago por el delito de tortura, perpetrado contra una persona privada de libertad en el CDP Santiago Sur en 2020.
La tercera sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó los recursos de nulidad interpuestos por las defensas de tres funcionarios de Gendarmería y de ese modo ratificó sus respectivas condenas por el delito de torturas. Se trata de Cristián Retamal Segura, Miguel Carrasco Méndez y Marcelo Maldonado Sepúlveda. Todos ellos perpetraron este delito contra una persona privada de libertad en el Centro de Detención Preventiva (CDP) Santiago Sur en mayo de 2020.
En esta causa la sede de la Región Metropolitana del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) actuó como querellante. Corresponde a la primera pena de cárcel efectiva contra personal de Gendarmería en virtud de la ley 20.968. Esta normativa tipificó en 2016 la tortura dentro del Código Penal.
La sede del INDH pidió rechazar los recursos de nulidad, planteamiento que acogieron, de manera unánime, las integrantes de sala. Las ministras María Loreto Gutiérrez y Paola Hasbún y la abogada integrante Paola Herrera confirmaron la sentencia de primera instancia. Así, ordenaron remitir los antecedentes al tribunal respectivo. De este modo, la sentencia quedó lista para que sea cumplida.
Fallo de la Corte
En su fallo, la Corte de Apelaciones sostuvo que “como lógicamente razonan los sentenciadores (de primera instancia) ante la multiplicidad y concordancia de la prueba rendida, ha logrado obtener más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se cometieron los hechos punibles objeto de la acusación y que en él ha correspondido al acusado una participación culpable y penada por la ley”.
Los tres condenados deben cumplir presidio efectivo por los hechos cometidos el 13 de mayo de 2020. Ese día, luego de una discusión, a la víctima la llevaron a un sitio sin cámaras, destinado a la colación de los guardias y denominado la pecera. Ahí lo agredieron reiteradas veces. Miguel Carrasco Méndez, con quien se registró la discusión previa al ataque, sacó un cuchillo cartonero. Con éste, le propinó varios cortes en los dedos de la mano izquierda. Esto condujo a que perdiera una falange del dedo anular.