- El Pontífice manifestó a la comunidad que está “profundamente dolido” por los hechos ocurridos durante décadas en diversos internados del país.
Era un mea culpa muy esperado y que se daba por hecho que realizaría el Papa Francisco en su visita a Canadá. Este lunes el pontífice pidió perdón ante representantes de los jefes de los pueblos originarios de ese país y ante más de 2.000 personas, entre ellas muchas víctimas de abusos cometidos por la Iglesia Católica.
Este acto se realizó en la localidad de Maskwacis, precisamente donde se encontraba uno de los internados más grandes en los que el Estado canadiense organizó el llamado proceso de asimilación de los niños de pueblos originarios. En este proceso, cerca de 150.000 niños fueron arrancados de sus familias y se estima que más de 4 mil murieron por los maltratos y las enfermedades. La mayoría enterrados en fosas comunes sin ninguna identificación.
“Llego hasta sus tierras nativas para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón(…) Es necesario recordar cómo las políticas de asimilación y desvinculación, que también incluían el sistema de las escuelas residenciales, fueron nefastas para la gente de estas tierras”, dijo el Papa Francisco ante los aplausos de los asistentes.
En la ocasión, el Papa también tuvo palabras de perdón por las atrocidades cometidas por la Iglesia durante la colonización. “Decirles, de todo corazón, que estoy profundamente dolido: pido perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas”, aseguró el Francisco.
El Papa rezó en el cementerio donde están enterrados muchos de los niños indígenas que murieron en la escuela Ermineskin.