El ataque aéreo dejó al menos tres muertos y más de 30 heridos. Israel acusa al régimen sirio de planear acciones contra la población drusa en Sweida.
En una ofensiva que elevó la tensión en Medio Oriente, Israel bombardeó la entrada del cuartel general del Ejército sirio en Damasco, así como instalaciones militares cercanas al Palacio Presidencial. El ataque dejó al menos tres personas fallecidas y 34 heridas, entre ellas varios civiles. Según el gobierno israelí, la operación fue una respuesta a los movimientos militares del régimen sirio en la región de Sweida, donde reside una importante comunidad drusa.
El ministro de Defensa de Israel había advertido que no tolerarían acciones contra esta minoría, por lo que el ataque se presentó como una medida preventiva. En paralelo, autoridades sirias denunciaron la agresión como una violación a su soberanía y señalaron que se trató de una provocación injustificada. Tras la escalada, se firmó un acuerdo de alto al fuego condicionado a la retirada de tropas sirias de la zona en disputa.