Se aproxima un nuevo cambio de horario y, como todos los años, se repite la polémica y voces de diferentes áreas entregan sus opiniones.
Existe un debate entre el cambio de horario que experimentamos, en invierno y en verano, por los distintos beneficios y facilidades que podemos obtener de cada uno de ellos, pero la pregunta es si realmente las cosas son como nos muestran.
Según comenta el Jefe de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Nacional de Tórax, Dr. Ariel Cisternas, “independiente del gusto y las preferencias de las personas, desde la evidencia científica y médica, hay que responder dos preguntas en torno a este tema, para proteger y promover la salud de la población”.
1. ¿Cambiar o no cambiar el horario? La respuesta es no cambiar el horario y mantener uno solo durante todo el año.
2. ¿Qué horario se debería mantener? El horario fisiológico de invierno, técnicamente conocido como UTC -4.
“Con el horario de invierno despertamos con más luz, se estimula la retina, disminuye la melatonina para poder comenzar nuestras actividades diarias con energía. Y a esto se agregan las mejoras metabólicas, cardiovasculares y neuro cognitivas”, explica el médico.
Asimismo, el experto explica que “con el cambio de horario al de verano, los principales perjudicados son niños, adultos mayores y pacientes que ya tienen un trastorno del sueño”.
“Chile ha sido uno los países más perjudicados con las irregularidades en los cambios de horario. Un año se cambió de horario por la visita de un papa. Otro año se mantuvo el horario de verano todo el año y recuerden los profesores de colegio que no podían realizar pruebas en las primeras horas de clase porque los niños no lograban despertar”, concluyó.
En la comunidad económica europea, en Estados Unidos, la tendencia actual y cada vez más aceptada es justamente tener un solo horario, que es el de invierno, finaliza.