COLUMNAOPINIÓN

Claudio Di Girolamo: el artista total que nos enseñó a creer en la cultura

1 Minutos de lectura

Editorial

Se ha ido Claudio Di Girolamo. Y con él, no solo una trayectoria deslumbrante y prolífica, sino también una forma de entender la cultura como motor de sentido, de cohesión y de esperanza. Fue pintor, muralista, dramaturgo, director de televisión, gestor cultural y creyente profundo. Fue, sobre todo, un humanista incansable, capaz de moverse con igual pasión entre los murales comunitarios, la televisión pública o la política cultural.

Italiano de nacimiento y chileno por convicción, Di Girolamo representa a esa rara estirpe de hombres que no se agotan en un solo talento, porque entienden el arte como una forma de vida integral, no como un oficio aislado. Su célebre chaqueta de mezclilla no era una pose: era la evidencia de alguien que vivía con los pies en la tierra y el alma en el arte.

Desde la dirección ejecutiva de Canal 13 en los años 70 hasta su rol clave como jefe de la División de Cultura del Ministerio de Educación entre 1997 y 2003, su impacto fue tangible y duradero. Promovió el acceso a la cultura con visión democrática, acercando el teatro, las artes visuales y el patrimonio a todos los rincones del país. Entendía que sin cultura no hay ciudadanía plena, y que un país que no protege a sus creadores está condenado al empobrecimiento espiritual.

En tiempos donde la superficialidad amenaza con reemplazar el pensamiento, la figura de Di Girolamo se alza como testimonio de compromiso profundo, de trabajo silencioso, de identidad construida desde el arte. Nunca buscó la fama, pero todos lo reconocían. Nunca quiso protagonismo, pero fue un verdadero faro cultural.

Hoy que despedimos su presencia física, nos queda su legado amplio, profundo y generoso. Nos queda su ejemplo. Nos queda la tarea, siempre pendiente, de hacer de Chile un país que no solo celebre a sus artistas cuando mueren, sino que los escuche, los cuide y los valore mientras viven.

Gracias, Claudio Di Girolamo, por recordarnos que la cultura no es un accesorio, es un derecho, una necesidad, una misión. Que tu chaqueta de mezclilla, como estandarte de dignidad creativa, siga inspirando a nuevas generaciones de artistas y soñadores.

Noticias relacionadas
COLUMNAOPINIÓN

Trump y el cruce de la línea roja

2 Minutos de lectura
Por Ricardo Rincón González. Abogado  El reciente despliegue de marines en el estado de California —700 efectivos enviados para reforzar la presencia militar…
COLUMNANACIONALOPINIÓN

Licencias sin control y renuncias en masa: una crisis que desangra al Estado

2 Minutos de lectura
Mientras más de 25 mil funcionarios viajaban al extranjero con licencia médica, el Estado guarda silencio o responde con renuncias que no…
COLUMNAOPINIÓN

“Conformismo económico: el nuevo freno al desarrollo de Chile”

2 Minutos de lectura
Por Ricardo Rincón González. Abogado  El reciente crecimiento de 2,5% registrado por la economía chilena en abril ha sido celebrado por el Gobierno…

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *