Entre pifias de una mayoría de detractores y aplausos de apoyo de pocos, el jefe de Estado de Israel, subió este viernes a la testera de la UNU.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió este viernes la continuidad de la ofensiva militar de Israel contra Hamás en Gaza durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, afirmando que “Israel debe terminar el trabajo”.
La intervención se desarrolló en un ambiente tenso, marcado por el creciente rechazo internacional hacia la prolongación del conflicto. Decenas de delegados de distintos países abandonaron la sala de manera coordinada antes y durante el discurso, mientras que algunos asistentes expresaron su desaprobación con gritos ininteligibles. No obstante, Netanyahu también recibió aplausos de ciertos sectores del público.
Entre los países que mantuvieron su presencia destacó Estados Unidos, cuyo respaldo a la campaña militar de Israel se ha mantenido firme, y el Reino Unido. Sin embargo, ambos enviaron a funcionarios diplomáticos de menor rango en lugar de sus representantes de más alto nivel, lo que evidencia la delicada posición internacional frente al conflicto y la creciente presión para buscar soluciones diplomáticas.