Durante la pandemia, la administración de Cathy Barriga destinó casi mil millones de pesos del Fondo Solidario Municipal para cubrir deudas por recolección de residuos, un uso cuestionado frente a la falta de inversión y el fuerte déficit dejado en la comuna.
Paralelamente al escándalo por el millonario déficit fiscal estimado en más de $30 mil millones durante la administración de Cathy Barriga en Maipú, se conoció un caso específico: se destinaron $974 millones provenientes del Fondo Solidario Covid‑19 para pagar adeudos por el servicio de recolección de basura.
Ese fondo, originalmente entregado para emergencias sanitarias y atención social en contextos críticos, fue utilizado para cubrir pagos atrasados con la empresa encargada del aseo urbano. El uso de esos recursos generó polémica dado que el municipio enfrentaba ingentes dificultades financieras.
La deuda con la empresa de recolección se acumuló por falta de pago oportuno y falta de priorización presupuestaria. En medio de la crisis sanitaria, la comuna tenía obligaciones esenciales sin cobertura legal para el uso de los recursos Covid en esos fines, lo que profundizó el cuestionamiento a la gestión municipal.
Críticos señalaron que, mientras se utilizaban fondos destinados a emergencias —y cuyo uso estaba regulado—, se descuidaban infraestructuras necesarias como el servicio sanitario de SMAPA, que enfrentó una grave falta de inversión, altos niveles de reclamos ciudadanos por fuga de agua y deficiencias operativas.
En definitiva, ese gasto extraordinario contribuyó al agravamiento del cuadro económico municipal: millones destinados a gastos urgentes, pero sin efectos positivos visibles en la calidad de vida de los vecinos, y en medio de una investigación judicial que cuestiona el uso de los recursos públicos en función de la promoción política personal.

