Análisis identificó cómo se manifiesta esta violencia en Chile, cuáles son sus efectos psicosociales y qué estrategias se utilizaron para enfrentarla.
Mensajes destinados a dañar la reputación, lenguaje sexista y difusión de información falsa, son algunas de las conductas frecuentes que se registran en redes sociales contra las mujeres que se dedican a la política, lo cual, para la consejera regional por Valparaíso, Paula Rosso, refleja cómo la violencia ha ido ganando espacio en el terreno político a través de este tipo de prácticas.
Los datos fueron entregados por el primer estudio sobre esta materia realizado en Chile, “Violencia Política Digital de Género”, a cargo de la Universidad de Santiago y el Ministerio de la Mujer. Fue hecho en el contexto de las elecciones de 2024 a alcaldías, gobernaciones, concejos municipales y consejerías regionales, y entre otros resultados, indica que un 69% de las candidatas sufrió algún tipo de violencia digital durante dicho proceso eleccionario.
Por ello, Paula Rosso planteó que para las mujeres “es fundamental estar en política y defender nuestros derechos”, enfatizando en que el objetivo de esta violencia tiene un trasfondo político que busca validar el recorte de derechos y la restricción de avances sociales en temas como el aborto, la salud sexual y los cuidados.
“Detrás de los insultos y el acoso hay una estrategia que busca desmantelar algunas políticas sociales. Por ejemplo, dirigentes y candidatos de la derecha han manifestado desde hace tiempo sus intenciones de cerrar el Ministerio de la Mujer. Lo que ellos buscan es avanzar en más mercado, menos Estado, siguiendo modelos como el de Milei en Argentina”, planteó la consejera regional porteña.
“Allá se han cerrado centros de investigación científica, se ha quitado financiamiento a hospitales y a programas que impulsaban políticas de género y de sexualidad. Ese riesgo lo tenemos en Chile y la violencia contra las mujeres en política tiene también que ver con eso, con la respuesta de un sistema esencialmente patriarcal y conservador, ante el avance de los derechos de las mujeres”, agregó.
Respecto a lo indicado en el estudio, Paula Rosso llamó la atención sobre el hecho de que un 10% de quienes señalaron haber sufrido agresiones afirmaron haber recibido respaldo de su partido político, lo cual evidencia que las mujeres casi siempre deben enfrentar individualmente este problema.
“Como lo explicó la ministra Antonia Orellana, la violencia no debe ser un costo que las mujeres debamos asumir por participar en política, y los partidos y las instituciones en general deben ponerse en sintonía con aquello”, recalcó la consejera regional.
“Ser mujer en política es mucho más difícil. Si queremos estar en política, es un aspecto que se suma a las labores sociales y culturales designadas por la sociedad para nosotras: crianza, cuidados, tareas domésticas, trabajo remunerado, donde además existe una brecha notoria entre los sueldos de hombres y mujeres con el mismo cargo. Ser activa políticamente se vuelve entonces una tarea compleja que requiere mucho sacrificio y dedicación”, puntualizó Rosso.
Finalmente, la consejera regional porteña recordó la importancia “de fortalecer las redes de apoyo y lo comunitario, pues desde lo individual es aún más difícil y exigente tener que resolver la vida cotidiana y además ejercer en espacios de elección popular”.
Otros datos del estudio
Desde el Ministerio de la Mujer detallaron que el análisis del estudio “Violencia Política Digital de Género” combinó una encuesta enviada a todas las candidatas y que fue respondida por 790 de ellas, lo que se sumó a la revisión de más de 958 mil interacciones en las redes sociales X, Facebook e Instagram.
Dentro de los principales resultados, un 85% de las encuestadas consideró que las mujeres son blanco de acoso cibernético con mayor frecuencia que los hombres. Además, un 82% declaró que modera o cuida lo que publica en redes sociales por temor a ser atacada, mientras que apenas un 28% percibe Internet como un espacio seguro para compartir sus ideas.
A su vez, el 72% manifiesta preocupación por el impacto que las agresiones virtuales puedan tener en su vida cotidiana. En tanto, entre quienes reportaron haber sufrido violencia, las manifestaciones más frecuentes fueron el uso de lenguaje de odio o sexista (48%), los mensajes destinados a dañar la reputación (47%), la difusión de información falsa (42%) y las referencias a características corporales (32%).
Como consecuencia de lo anterior, el 51% reconoce que perdió las ganas de exponerse ante la opinión pública, un 41% pensó en dejar la política y un 30,9% afirma que se vio restringida su libertad de expresión.
Respecto a las denuncias, solamente un 11% de las mujeres que enfrentó violencia digital la reportó en alguna instancia, lo que se explicaría en parte porque el 87,5% de las encuestadas considera que muchas personas no saben que es posible denunciar este tipo de agresiones, y casi la mitad (49,6%) no sabe dónde realizar el trámite.
El estudio también incluyó un análisis de las agresiones en redes sociales, revelando que candidaturas como las de alcaldías y gobernaciones recibieron más mensajes violentos que otras. Finalmente, se informó que las agresiones se concentran especialmente en X (antes Twitter), plataforma donde se registra más del 70% de la violencia digital hacia estas candidatas.
Proyecto en el Senado
Actualmente se está legislando sobre esta materia. A fines de septiembre, en el marco de la tramitación del proyecto que tipifica y sanciona la violencia digital, la Comisión de la Mujer y Equidad de Género del Senado avanzó con la votación de una serie de indicaciones que incluyen, entre otras, la definición de la violencia política digital.
