Dirigentes de la pequeña y mediana industria interpelaron al Estado a asumir un rol activo en evaluar transformarse en una empresa estratégica en el ámbito energético.
Como es habitual no solo a los clientes residenciales generó un daño el masivo apagón ocurrido el martes recién pasado. A la lamentable pérdida de vidas humanas, se suma que varios sectores de la economía sufrieron un menoscabo severo en su funcionamiento como es el caso de las pymes. Cierre de locales en plena época estival, pérdida de mercaderías, inventarios que en cuestión de horas ya no existían, son algunos de los efectos que han golpeado, una vez más, a la pequeña y mediana empresa.
Consultado al respecto, el Secretario General de la Confederación Nacional de la Pequeña, Mediana Empresa y Artesanado de Chile (Conupia), Francisco Marín, advirtió que “no se puede seguir permitiendo que las empresas generadoras incumplan su obligación de entregar el servicio comprometido”.
“Pienso a raíz de lo ocurrido ayer, en los empresarios de la alimentación, en aquellos que precisamente en esta época venden helados y que perdieron su inversión. Pero además me pregunto qué habría ocurrido si esto pasa en época escolar con las raciones de la Junaeb”, reflexionó el dirigente pyme.
Del mismo modo, el también empresario y representante de los productores artísticos de la Quinta Región, denunció las pérdidas millonarias surgidas, por ejemplo, con la cancelación de una jornada del Festival de Viña, no sólo para quien organiza el evento, sino para aquellos que de manera externa trabajan en actividades paralelas asociadas al turismo.
Francisco Marín insistió finalmente en que el Estado, junto con determinar las responsabilidad y sanciones, ejerza un rol eventualmente como empresa estratégica, añadiendo que “si nos gusta como nación compararnos con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debemos entender que este tipo de situaciones, en ellos no son frecuentes”, cerró.
