El régimen iraní afirmó que todas las bases militares estadounidenses en la región están dentro de su alcance y serán blanco directo en caso de una escalada bélica. Las tensiones aumentan mientras fracasan las negociaciones nucleares.
En un nuevo episodio de alta tensión en Medio Oriente, el ministro de Defensa de Irán, Aziz Nasirzadeh, advirtió que el país atacará bases militares de Estados Unidos si se desata un conflicto armado. Según señaló, todas las instalaciones estadounidenses en la región “están dentro del alcance” de sus misiles y no dudarán en actuar si consideran que su seguridad está en riesgo.
La advertencia coincide con el colapso de las negociaciones nucleares y con el incremento de la presencia militar estadounidense en la región. Washington ordenó la evacuación parcial de su embajada en Irak, así como la reducción de personal en bases ubicadas en Bahréin y Kuwait, como parte de un plan preventivo ante posibles ataques.
Nasirzadeh también confirmó el desarrollo y prueba de un nuevo misil con una ojiva de dos toneladas, subrayando que Irán no aceptará restricciones en sus capacidades defensivas. El mensaje va dirigido tanto a Estados Unidos como a los aliados regionales, a quienes Teherán instó a no participar ni colaborar con eventuales ofensivas extranjeras.
Desde Estados Unidos, el presidente advirtió que no se descarta una intervención militar si Irán continúa avanzando sin límites en su programa nuclear. Mientras tanto, el clima en la región se torna cada vez más volátil, con señales crecientes de una posible confrontación directa.