Este jueves, el mundo de la lucha libre profesional sufrió una de sus pérdidas más significativas: Hulk Hogan falleció a los 71 años debido a un paro cardíaco.
Considerado por muchos como el luchador más influyente en la historia del wrestling, Hogan fue mucho más que una superestrella del ring. Su presencia carismática, su físico imponente, y frases como “Say your prayers and eat your vitamins” lo convirtieron en un símbolo cultural durante las décadas de los 80 y 90.
A lo largo de su carrera, brilló tanto como face (héroe) como heel (villano), transformando la industria desde sus días en WWF (hoy WWE), pasando por su icónica etapa en WCW con el NWO, hasta sus múltiples regresos en diferentes generaciones del espectáculo.
Más allá del cuadrilátero, Hogan fue una figura mediática, protagonista de películas, reality shows y apariciones constantes en televisión. Su legado va mucho más allá del deporte: marcó a generaciones y elevó el wrestling a una escala global.
Hoy, el mundo del entretenimiento despide a una leyenda.