La madrugada del 7 de mayo, la India lanzó ataques aéreos sobre Pakistán en represalia por un atentado en Cachemira que dejó 26 muertos. La tensión entre ambas potencias nucleares revive un conflicto que se arrastra desde la partición del subcontinente en 1947.
Después de semanas de tensión creciente, el conflicto entre la India y Pakistán —ambos países con arsenal nuclear— se reactivó con fuerza la madrugada del miércoles 7 de mayo (hora local), cuando la India bombardeó diversos puntos dentro del territorio pakistaní.
Según las autoridades indias, el ataque fue una respuesta directa al atentado ocurrido el pasado 22 de abril en la localidad de Pahalgam, región de Cachemira administrada por India. Ese día, milicianos del Frente de Resistencia abrieron fuego contra civiles, dejando un saldo de 25 ciudadanos indios y un nepalí fallecidos.
Las tensiones entre ambos países no son nuevas. Desde su independencia y partición en 1947, India y Pakistán han vivido una relación marcada por enfrentamientos armados, desconfianza mutua y disputas territoriales, especialmente por la región de Cachemira. El proceso de separación fue apresurado y mal ejecutado por el Imperio Británico, dando paso a una de las migraciones más caóticas y violentas del siglo XX.
A lo largo de las décadas, el conflicto ha tenido numerosos hitos, incluyendo tres guerras mayores y continuos roces fronterizos. La Guerra de 1971, en particular, marcó un punto de quiebre tras la independencia de Bangladesh.
Cachemira sigue siendo el punto más sensible. Desde 1947, esta región montañosa de mayoría musulmana ha sido reclamada por ambos países. Aunque el territorio está dividido entre India, Pakistán y China, los enfrentamientos son frecuentes y el riesgo de una escalada mayor siempre está latente.
Para expertos internacionales, como el periodista Shamil Shams de Deutsche Welle, el conflicto por Cachemira es el mayor obstáculo para la paz en el sur de Asia y podría derivar en un enfrentamiento de mayor escala si no se logra una solución diplomática pronto.