Descubren más de 200 cuerpos humanos y 56 llamas enterradas juntos en el norte de Chile, revelando un vínculo espiritual milenario entre personas y camélidos en culturas preincaicas.
Durante unas obras viales en la localidad de El Olivar, cerca de La Serena, fueron hallados más de 200 restos humanos y 56 llamas enterradas entre los años 1000 y 1470. El hallazgo sugiere la existencia de rituales funerarios donde personas y llamas eran enterradas conjuntamente como parte de prácticas simbólicas y espirituales.
Estudios bioarqueológicos confirmaron que las llamas eran domesticadas, alimentadas con productos agrícolas como maíz y calabaza, y procedían de otras regiones andinas, lo que indica redes de intercambio y una cultura ritual compleja. Las posiciones fetales y la simetría de los enterramientos refuerzan la idea de una relación ceremonial entre humanos y animales.
Esta práctica desapareció con la expansión del Imperio Inca, que transformó el uso de las llamas y modificó las costumbres funerarias locales. El descubrimiento proporciona una nueva visión sobre las creencias y vínculos entre humanos y animales en el Chile prehispánico.