Más de 500.000 personas en Gaza enfrentan inanición, desnutrición severa y riesgo de muerte, según un informe oficial respaldado por la ONU. La crisis humanitaria se ha intensificado tras casi dos años de conflicto entre Israel y Hamás, y amenaza con extenderse a otras zonas a partir de septiembre.
El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó la situación como un “fracaso de la humanidad” y pidió acceso humanitario sin restricciones. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó el informe, asegurando que Israel permite la entrada de ayuda humanitaria y acusando a Hamás de desviar los recursos para financiar su maquinaria de guerra. Según la ONU, se necesitan 600 camiones diarios de suministros, pero actualmente solo llegan unos 300.
La crisis afecta especialmente a los niños. Organizaciones humanitarias destacan que desde marzo se ha interrumpido la ayuda, limitando el acceso a alimentos nutritivos como carne, huevos y frutas, obligando a muchas familias a sobrevivir con pan o pasta. El informe proyecta que, de no actuar con urgencia, hacia junio del próximo año la desnutrición podría poner en riesgo la vida de 132.000 niños menores de cinco años.

