Desde la implementación del Hospital Digital en 2019, nuestro país ha mostrado avances sistemáticos en el uso de plataformas para ofrecer telemedicina, integrar bases de datos de pacientes y acercar la atención a zonas rurales.
Con el invierno aun golpeando fuerte en gran parte del país, Chile enfrenta el desafío de las enfermedades respiratorias estacionales con una doble estrategia: fortalecer la vacunación y aprovechar el poder de la tecnología. Bajo este nuevo paradigma, la salud digital ha pasado de ser un complemento para transformarse en un pilar fundamental del sistema sanitario chileno.
“Hoy más que nunca, necesitamos combinar prevención con innovación. La salud digital es una gran aliada para anticiparnos, monitorear y cuidar mejor a nuestras comunidades frente a los desafíos de morbimortalidad”, sostiene la Dra. María José Gamboa, Líder Clínica en Salud Digital de Minsait ConoSur, empresa de transformación digital con presencia en más de 140 países.
Desde la implementación del Hospital Digital en 2019, Chile ha mostrado avances sistemáticos en el uso de plataformas para ofrecer telemedicina, integrar bases de datos de pacientes y acercar la atención a zonas rurales. Hoy, ese ecosistema se expande con nuevos desarrollos como la Historia Clínica Compartida (HCC), que busca integrar la información clínica y administrativa de cada persona en un solo registro interoperable a nivel nacional.

Chile: referente regional en salud digital
Para los expertos, la salud digital permite no solo mejorar procesos y agilizar atenciones y procedimientos que son útiles cuando el sistema convencional puede estar saturado, sino también, otorgar acceso a la salud a personas que puedan estar más aisladas en zonas de difícil acceso, cuya complejidad de acceder a un centro asistencial para una consulta puede terminar siendo un problema. “El contar con acceso a internet, ya es un primer gran paso que ayuda a las personas a la posibilidad de atenderse sin salir de sus casas, sin dejar de lado que también es necesario recursos adicionales como adherir tecnología basada en estándares internacionales específicos para salud”, explica Gamboa.
La profesional destaca que nuestro país es referente en el continente sobre esto, principalmente por “tener soluciones innovadoras, desde el avance que ha tenido el Hospital Digital incrementando sus especialidades, incluyendo de manera muy eficiente la telemedicina con dos modalidades: sincrónica y asincrónica. Además, en cuanto a la normativa, la ley de interoperabilidad ha ayudado mucho a que se le considere un referente al respecto”.
Por cierto, uno de los pilares actuales es la transformación del Portal Paciente del Ministerio de Salud en una aplicación móvil, lo que permitirá a cada persona acceder desde su celular a sus antecedentes clínicos, vacunas, recetas e incluso alertas personalizadas. “El objetivo es empoderar al paciente y hacer que participe activamente en su salud. Que pueda ver su historial, tomar decisiones más informadas y evitar consultas innecesarias”, comenta Gamboa.
Avances con impacto concreto
Los beneficios del modelo de salud digital ya se sienten en distintos niveles del sistema:
- Zonas rurales: permiten que pacientes accedan a especialistas sin tener que viajar cientos de kilómetros.
- Adultos mayores o personas con enfermedades crónicas: se implementan soluciones de monitoreo remoto, como dispositivos que alertan sobre cambios en signos vitales.
- Equipos de salud: cuentan con información más integrada para tomar decisiones clínicas en menos tiempo y con mayor seguridad.
Estas soluciones han sido respaldadas por iniciativas del propio Ministerio de Salud, como el Plan Nacional de Salud Digital 2020–2030, que establece metas de interoperabilidad, eficiencia y atención centrada en el usuario. Además, Chile participa activamente en la Red de Salud Digital de las Américas (PAHO/OPS), colaborando en estándares internacionales y buenas prácticas.
Desafíos pendientes: ciberseguridad y cambio cultural
Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. Uno de los principales es la ciberseguridad. Con cada nuevo sistema conectado a internet, aumentan también los riesgos de vulnerabilidad. “La transformación digital debe ir de la mano de la protección de datos sensibles. En Europa, el modelo del Centro Criptológico Nacional es una inspiración. Chile necesita avanzar hacia un ‘ciberescudo nacional’ para resguardar la información clínica de todos los ciudadanos”, sostiene la experta de Minsait.
Otro obstáculo es el cambio cultural dentro del sistema de salud. “La tecnología no reemplaza al personal de salud, sino que amplifica su capacidad. Hay que capacitar a los equipos médicos para que lideren esta transformación y al mismo tiempo empoderar a los pacientes”, agrega.
Este punto es compartido por otros actores. Según el informe “Transformación Digital en Salud en América Latina” (BID, 2024), más del 60% de los países de la región tienen dificultades para incorporar herramientas digitales en la atención primaria debido a falta de formación del personal y resistencia al cambio organizacional.
Lo que viene: un ecosistema predictivo e inclusivo
El objetivo futuro no es solo mantener plataformas activas, sino consolidar un ecosistema inteligente, seguro e inclusivo. Desde Minsait y otras entidades tecnológicas se apunta a una salud digital predictiva, capaz de:
- Detectar brotes a través de datos en tiempo real
- Personalizar tratamientos basados en la información clínica y genética
- Automatizar procesos de gestión hospitalaria
- Integrar la participación ciudadana en el monitoreo de riesgos
Chile avanza a paso firme hacia una nueva forma de entender la salud pública. Una donde el paciente no solo espera ser atendido, sino que participa activamente en la gestión de su bienestar. Una salud más cercana, preventiva y personalizada.
“Tenemos que dejar de ver la salud digital como una promesa de futuro. Ya es una realidad que está salvando vidas, mejorando accesos y optimizando recursos. El desafío ahora es escalarla, protegerla y hacerla parte de la cultura sanitaria del país”, concluye María José Gamboa.
“El objetivo principal de la inclusión de las diferentes tecnologías en los procesos clínicos y administrativos es permitir al profesional contar con mayor tiempo en la atención del paciente, esperando llegar a los objetivos mismos de la medicina es decir que sea predictiva, preventiva, personalizada, participativa y no solo enfocada en el tratamiento de la enfermedad”, puntualiza la profesional de Minsait.