Al menos tres fallecidos y varios heridos, incluido el padre Gabriel Romanelli —un cura argentino cercano al papa Francisco, dejó un ataque en la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, que también servía como refugio para cientos de desplazados.
Varias personas murieron y otras resultaron heridas este jueves tras un ataque que alcanzó la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en la Franja de Gaza. Entre los afectados está el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, quien ha servido a esa comunidad durante más de cinco años y es cercano al papa Francisco.
Romanelli fue captado caminando de forma tambaleante y atendiendo a heridos en el hospital Al‑Ahli, tras el impacto sobre el templo, que provocó daños en su techo y ventanas. En su interior, cientos de desplazados —incluidos niños y personas con necesidades especiales— buscaban refugio.
La primera ministra de Italia condenó el hecho, responsabilizando a las fuerzas israelíes, y lo calificó como “inaceptable” en medio de una ofensiva militar que ha provocado miles de víctimas civiles. El Patriarcado Latino de Jerusalén y el Patriarcado Ortodoxo Griego también denunciaron una violación grave a la santidad del lugar y la dignidad humana.
El ejército israelí reconoció estar investigando las circunstancias del incidente. El templo se encuentra en una zona que había sido definida por Israel como segura y evacuada previamente.
El ataque pone en el foco la gravedad humanitaria en Gaza, donde la iglesia funcionaba no solo como espacio de culto, sino también como santuario para personas que habían perdido sus hogares.

