La nueva medida migratoria entrará en vigor el 9 de junio y busca, según la administración, reforzar la seguridad nacional tras un reciente atentado.
El gobierno de Estados Unidos anunció una amplia restricción migratoria que prohíbe la entrada al país de ciudadanos provenientes de doce naciones, e impone nuevas limitaciones a otros siete países. La decisión se justifica en razones de seguridad nacional y será efectiva a partir del 9 de junio de 2025.
Los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen no podrán ingresar a territorio estadounidense bajo ningún tipo de visa. En paralelo, se aplicarán restricciones a personas provenientes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela, quienes no podrán acceder a visas de inmigrante ni de residencia temporal.
Según la administración, la medida se toma luego de un atentado en el estado de Colorado, atribuido a un ciudadano extranjero, y tras un informe que señala actitudes hostiles hacia Estados Unidos por parte de algunos gobiernos.
No obstante, el decreto contempla excepciones: no se verán afectados los residentes permanentes legales, los participantes en competencias deportivas internacionales como el Mundial de Fútbol de 2026 o los Juegos Olímpicos de 2028, ni los solicitantes de asilo que ya se encuentren dentro del país.
La decisión ha provocado críticas entre organizaciones defensoras de los derechos humanos, que advierten que se trata de una política discriminatoria que estigmatiza a ciertos países y comunidades, y que podría tener consecuencias diplomáticas significativas.
Esta nueva orden se suma a una serie de medidas migratorias más amplias impulsadas por la administración, que también han afectado a estudiantes internacionales y a instituciones académicas bajo el argumento de preservar el orden público y la seguridad interna.