El Ayuntamiento suspende el hermanamiento con Tel Aviv y adopta medidas para cortar vínculos con entidades israelíes, exigiendo un alto el fuego inmediato y respeto al Derecho Internacional.
El Ayuntamiento de Barcelona aprobó la ruptura de relaciones institucionales con el Gobierno de Israel y la suspensión del acuerdo de amistad con la ciudad de Tel Aviv, vigente desde 1998. La medida fue impulsada por varios sectores políticos en respuesta a las acciones militares en Gaza y a presuntas violaciones del Derecho Internacional Humanitario.
La resolución contempla la cancelación de colaboraciones con empresas vinculadas a la ocupación de territorios palestinos, el veto a la participación de entidades israelíes en eventos como el Mobile World Congress y la prohibición del uso del Puerto de Barcelona por embarcaciones que transporten armas con destino a Israel.
También se solicita al Gobierno central acelerar la tramitación de una ley que establezca un embargo de armas a Israel y revisar contratos municipales con empresas relacionadas con el conflicto.
Desde el municipio se calificó la situación en Gaza como “inhumana”, destacando la necesidad de actuar en defensa de los derechos humanos. La propuesta condena expresamente tanto el antisemitismo como la islamofobia, reafirmando el compromiso con la paz y la justicia internacional.
Esta decisión se suma a la reciente clausura de la oficina exterior de la administración catalana en Israel, marcando una postura clara de distanciamiento ante el conflicto en Oriente Próximo.