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El costo ambiental de la inteligencia artificial

1 Minutos de lectura

Jadille Mussa
Académica Arquitectura del Paisaje, U.Central


Me encanta esta era de redes sociales, de reuniones en cualquier parte del planeta con personas que de otra manera no podría conocer. Sin embargo, es fundamental que reflexionemos sobre el costo ambiental que conlleva el auge de la inteligencia artificial (IA) que alimenta gran parte de estas experiencias.

El uso creciente de tecnologías basadas en IA implica un aumento significativo en el consumo de energía. Data centers masivos, que alimentan aplicaciones y servicios que usamos diariamente, requieren enormes cantidades de electricidad, por ende, también de mucha agua. Este consumo, en muchos casos, proviene de fuentes no renovables, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al cambio climático.

Además, los procesos de entrenamiento de los modelos de IA son intensivos en recursos. Se estima que el entrenamiento de un solo modelo de lenguaje puede generar tantas emisiones de CO2 como un automóvil durante toda su vida útil. Es momento de que la industria de la tecnología, así como los usuarios, se involucren en la búsqueda de soluciones sostenibles que minimicen este impacto.

Podemos reducir el costo ambiental de la inteligencia artificial mediante varias estrategias, como la optimización del uso de energía en los centros de datos, el uso de energías renovables y el desarrollo de algoritmos más eficientes que requieran menos recursos para su funcionamiento. Además, fomentar un diálogo y una conciencia sobre el tema puede ser crucial para impulsar un cambio significativo.

En este contexto, es esencial que tanto individuos como empresas asuman la responsabilidad de adoptar prácticas sostenibles en el uso de la tecnología. Por un lado, podemos informarnos y utilizar herramientas que prioricen la sostenibilidad. Por otro, las empresas deben comprometerse a invertir en tecnologías limpias y soluciones innovadoras que ayuden a mitigar el impacto ambiental de la IA. Para el caso de Chile, sería bueno, ya que existe una ley (21623/MMA) de reutilización y recirculación de las aguas grises, donde la Minería es el ejemplo más exitoso de este tipo de cambio, establecer que esta sea la forma de trabajar y seguir perfeccionando estas buenas prácticas industriales. Al abrazar la tecnología de manera consciente, podemos disfrutar de los beneficios de esta era digital sin sacrificar nuestro.


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